sábado, 28 de mayo de 2011

La llama de una Vela

                                                                 

 
Entre todas las imágenes, las de la llama -tanto las ingenuas como las más alambicadas, las recatadas como las traviesas- llevan una señal de poesía. Todo soñador de llama es un poeta en potencia. Todo sueño ante la llama es un sueño de asombro. Todo soñador de llama está en estado de sueño originario. Este extrañamiento primero está enraizado en nuestro lejano pasado. Tenemos para la llama una natural admiración, diríamos: una admiración innata. La llama produce una acentuación del placer de ver más allá de lo siempre visto. Nos obliga a mirar.

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    Un soñador dichoso de soñar, activo en su sueño, contiene una verdad del alma, un porvenir del ser humano.                                                 
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De la vela a la lámpara, hay, para la llama, algo así como una conquista de la sabiduría. La llama de la lámpara está ahora disciplinada gracias al ingenio del hombre. Es, totalmente, por su oficio, simple e importante, dadora de luz. (...) La lámpara es el espíritu que vela en la pieza, en toda la pieza. Es el centro de un lugar, de todo lugar. No se concibe una casa sin lámpara, así como no se concibe una lámpara sin casa. La llama de una vela por Gaston Bachelard.-

¿Recuerdas un sueño que se te haya Realizado?*Luz de evolución*

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